Nuestro viaje por Myanmar estaba punto de acabar. Hoy emprendíamos la vuelta a Yangon. Al día siguiente, poníamos rumbo a Singapur para continuar con nuestro largo viaje pero, esta vez, en un nuevo destino. Y, te preguntaras por qué motivo cogimos un vuelo interno Bagan-Yangon si nos habíamos estado moviendo en bus durante todo el país. Prisa, no teníamos, eso ya te lo avanzo pero había un motivo de fuerza mayor…
Anteriormente..
Los días previos los habíamos pasado en Bagan, la joya de la corona de Myanmar según se dice…a nosotros hubo otros lugares que nos maravillaron mucho más.
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¿Cuántos días son necesarios para visitar Birmania?
Como explicamos en la entrada principal de Myanmar (Birmania) por libre 2018, antes de empezar la ruta, teníamos pensado quedarnos unas tres semanas. Después de un cierto tiempo, decidimos que con 17 días teníamos más que suficiente. Todavía me acuerdo de un escocés al que conocimos el primer día en el hostel de Yangon, nos dijo que con dos semanas era suficiente y, visto a posteriori, no le faltaba razón. Myanmar puede ser un buen lugar para complementar un viaje el sudeste asiático o para hacer un viaje de unos 15 días si se quiere hacer más completo.
Cómo llegar de Bagan a Yangon (en medio del Waterfest)
Coger un vuelo desde Bagan hasta Yangon tampoco entraba en nuestros planes. Lo mejor (y lo más barato) es moverse dentro del país en autobús. Pero, nuestro regreso coincidía con la festividad del Waterfest, el año nuevo budista, y no había medio de transporte terrestre posible. Todas las compañías de larga distancia que hacían este recorrido estaban cerradas por vacaciones así que no teníamos opción. A pesar de ello, intentamos buscar billete de mil maneras…pero la única opción que encontramos a parte del vuelo era con un coche privado (con conductor, claro) y el precio era mucho más caro que un billete de avión y muchas más horas. Tarifa «Waterfest».
Nos despedimos de nuestra amiga Araz y cogimos un taxi hasta el aeropuerto. Lo más barato es coger una especie de tuk-tuk, pero al ser descubiertos, mojaban a todo el mundo que había dentro sin importarles que llevaran mochilas, documentación, etc. Así que nos nos quedó otro remedio que pagar más por un taxi normal. EN 15 minutos ya estábamos en el aeropuerto de Bagan.
Aeropuerto de Bagan
Este lugar es digno de visitar! Una sala medio abandonada con dos stands de las dos aerolíneas del país. No tienen ni cinta transportadora para llevar las maletas. Unos porteadores cargaban con las maletas hasta el avión en cuestión. Fuimos con la reserva del móvil y nos dieron los billetes después de hacerles sudar un poco….
La zona «restringida» del aeropuerto
Una media hora antes, nos hicieron pasar el «control de seguridad». Que consistía en nada. Una mujer nos preguntó de qué nacionalidad éramos y listos. Nos sentamos en esta sala esperando a que llegara el vuelo. Se retrasó bastante así que tuvimos tiempo para admirar este curioso lugar. La puerta de acceso a la pista de aterrizaje estaba cerrada con un candado y un montón de perros corrían por la pista tan panchos ellos. De mientras, en una tele, no paraban de poner un vídeo promocional de Myanmar, o eso creemos porque era todo tan idílico y de tanto lujo que se ve que nosotros habíamos visitado otro país.
El avión
Llegó la hora de subirnos al avión. Era diminuto! Casi no nos cabían las mochilas en el compartimento superior. Super pequeño y muy estrecho. Era como una avioneta grande. Por fin despegaba.
Aeropuerto doméstico vs. aeropuerto internacional
En cosa de una hora ya llegamos al aeropuerto doméstico. Como era el último vuelo, prácticamente nos «echaron» del aeropuerto porque ya cerraban. Nos encontramos un poco desubicadxs. La idea era quedarnos a dormir en el aeropuerto así que como vimos que cerraban, cogimos una habitación en un hotel que está justo al lado. Error nuestro, porque solo salir vimos que muy cerca estaba el aeropuerto internacional y ese se quedaba abierto toda la noche. En fin, como mínimo, pudimos descansar en condiciones y darnos una buena ducha.
Final de nuestro viaje
Ahora sí que nuestro viaje por Myanmar había finalizado, un viaje de los más sorprendentes que hemos hecho. Para ser sincerxs, es un viaje que hemos ido valorando más positivamente con el paso de los días. Quizás en el momento, nos pesaron más las expectativas tan altas que habíamos generado en torno a este viaje. Ha sido un viaje del que hemos aprendido muchísimo.
No es de los lugares más hermosos que hemos visto, eso es totalmente cierto, no es un viaje para encontrar paisajes idílicos ni naturaleza exuberante. Pero sí, para conocer y entender una cultura totalmente diferente a la nuestra. Para sorprenderse, aprender, culturizarse y para romper todo tipo de estereotipos, ideas preconcebidas y tabús.
En Myanmar vimos la vida auténtica de las personas que viven en el país, tanto la vida en las ciudades como en aldeas remotas. Decimos que es «la vida auténtica» porque en otros países más explotados turísticamente parece que ya poco o nada queda de autenticidad, que casi tienen puestas las chozas allí para lxs turistas. En Tailandia esto lo hemos vivido en más de una ocasión…
Cuando viajas un tiempo, cuesta encontrar lugares como los que hemos visto en Myanmar, lugares que te dejan sin palabras, lugares y formas de vida de las cuales no teníamos ni remota idea que todavía existían. Nos ha hecho valorar muy mucho las cosas simples, lo básico, lo no material. Viendo cómo de feliz es esta gente, nos ha recordado lo poco que se necesita para eso, para ser feliz.