Empezábamos una nueva etapa en nuestro viaje por Indonesia. Le llegaba el turno a la isla de Bali. Destino turístico donde los haya. Llegábamos con las expectativas un poco bajas…pero la verdad que a nosotros nos encantó! El día de hoy lo íbamos a dedicar a visitar la ciudad de Ubud (donde nos alojábamos) y los arrozales que hay en los alrededores. Todo se puede hacer andando siguiendo una pequeña ruta. Te contamos todos los detalles en esta entrada. ¿Nos acompañas?
anteriormente…
Antes de llegar a la isla de Bali, hicimos una ruta por Java que culminó con la subida al volcán Bromo. Si todavía no la has leído, en la siguiente entrada puedes ver toda esta increíble experiencia!
Día 11. Bromo: Cómo visitar el Bromo por libre y totalmente gratis
Contents
Bali, la isla más occidentalizada
Llevábamos bastantes días viajando por lugares «poco turísticos» que aunque suene muy genial (y lo era) puede llegar a ser un poco cansado…Llegar a Bali fue volver a encontrarnos con comodidades que hacía tiempo que no veíamos ni teníamos. Era temporada baja y ya se veían bastantes viajerxs, supongo que en julio y agosto debe ser bastante agobiante y quizás puede que pierda un poco de encanto (avisadxs estáis!!)
Cómo llegar a Ubud
Llegar a Ubud desde el aeropuerto de Dempassar es facilísimo. Os explicamos las diferentes opciones que podéis encontrar.
En bus local
Se puede coger un autobús en el mismo aeropuerto hasta la estación de autobuses de Dempassar y allí coger un bus que te lleva hasta Ubud. Es la opción más barata aunque hay que tener mucha paciencia. La distancia entre Dempassar y Ubud no llega a dos horas pero haciendo esta combinación te puedes tirar medio día viajando.
Taxi/coche
Nosotros nos marcamos esta «pijada». Íbamos decididxs a coger bus y bus y más buses. Pero no nos encontrábamos bien y cogimos coche. Nos costó bastante más que el bus (no hace falta ni decirlo…) unas 200.000 Rupias. Si vas con un grupo de personas, sale a cuenta. En hora y media ya estábamos en nuestro alojamiento de Ubud.
Nuestro alojamiento en Ubud
El tema del hostel de Ubud es un poco complicado…Por un lado, es un lugar encantador. Un remanso de paz. Es una casa balinesa de estilo tradicional y lo lleva la misma familia. En la parte central tiene un patio y las habitaciones situadas alrededor. En el segundo piso, tienen un pequeño templo hindú (como todas las casas) y alrededor de este, las habitaciones de la segunda planta. Además del precio económico ( 100.000 Rupias/noche) nos entraba un desayuno riquísimo.
Teníamos compañía en la habitación
El problemilla que tuvimos y por eso no lo vamos a recomendar (no vaya a ser que le pase a alguien también…) fue que nos picaron las chinches. La palabra «picar» suena muy light. Digamos que nos devoraron las chinches. Se pegaron un festín nocturno.
Todo parecía correcto…
En un principio, la habitación estaba super limpia, la cama impecable, el baño correcto. Pero cuando nos despertamos por la mañana, nos llevamos esta sorpresita. Si alguna vez os pasa, saber que son picaduras de chinche es muy fácil (google lo sabe todo). Son varias picadas en linea recta, haciendo un caminito. En las sábanas quedan como pequeñas gotitas que parecen tinta de bolígrafo y que no se van aunque las laven. Por eso, si alguna vez vais a un alojamiento y veis estas gotitas negras en las sábanas o en algún otro lugar, salid pitando.
Se lo dijimos a la mujer intentando no ponernos demasiado ogros aunque no sabemos si lo conseguimos. Nos cambió en seguida de habitación. Vimos que sacaron el colchón y lo estuvieron lavando en el patio central a manguerazo limpio. Yo directamente lo hubiera quemado porque eso sin un tratamiento específico no tiene remedio. No sabemos si era solo la nuestra o estaban todas las habitaciones así.
Este alojamiento lo reservamos a través de Booking.com porque los comentarios eran buenísimos y la ubicación también. El precio imbatible. Por eso, no sabemos si tuvimos mala suerte y realmente se trata de un buen lugar para alojarse. Es cierto que todo esta repleto de plantas y árboles y es algo que puede llegar a pasar a pesar de estar muy pendiente (suponemos).
Bueno a pesar de estar comiditos de picadas, la parte «positiva» es que las mordeduras de chinches casi no pican aunque se queda la marca durante bastantes días (si estáis muy preocupadxs por las fotos en Instagram, os amargaran el viaje…jajajaj Aunque no era nuestro caso). A pesar del temita este, el desayuno estaba buenísimo!
Ubud: fácil y rápido
Ubud es uno de lugares más atractivos para el turismo en Bali y su oferta de alojamientos es infinita. La ciudad en si es preciosa. Todos los edificios son de estilo hindú. Nada de grandes edificios, ni hoteles horteras que destrozan la arquitectura de la ciudad. Las casas parecen pequeños templos hindúes y lo mismo con los hostales.
Para alojarse hay dos opciones. Una es alojarse en el centro si no se tiene moto o transporte y la otra es hacerlo en las afueras donde todo es paz y tranquilidad pero es necesario disponer de moto para moverse.
Nosotros nos alojamos en pleno centro pero en una calle muy tranquila. El hostel parecía un templo hindú. Eso sí a la que salíamos a la calle todo eran motos. Para nosotros, el gran problema de Bali.
Todo el mundo alquila moto porque realmente es lo más práctico para moverse pero la isla se convierte en un lugar muy ruidoso, con mucha polución y cero amable para los peatones. Hay que estar pendiente para que no te atropellen en cualquier momento. Un lugar aparentemente relajado y tranquilo se convierte en todo lo contrario. Una buena solución sería que en lugar de alquilar motos, alquilaran ebikes como hacían en Bagan (Myanmar), pero por el momento…
Visitando Ubud
Como nos alojábamos en el centro, no tuvimos problema para recorrer Ubud a pie. Después de desayunar y de solucionar el problemilla de las chinches, salimos dispuestos a descubrir esta bella ciudad.
Fuimos un poco sin rumbo fijo. Nos habíamos apuntado varios lugares pero tampoco le hicimos mucho caso al planning. Eso sí, si no queréis encontraros con una ciudad colapsada por el tránsito y por el turismo, mejor salir pronto por la mañana. Además no hará tanto calor y estaréis más tranquilxs.
Ubud Palace y Pura Taman Saraswati
Estos son los lugares imperdibles de Ubud. Una cosa que no acabamos de entender fue que nosotros para entrar al Palacio de Ubud NO pagamos entrada. Pero, por la tarde, cuando volvimos a entrar, vimos que había un chiringuito montado en la puerta y había que comprar ticket para entrar. No sabemos si es que fuimos muy temprano o exactamente el motivo por el cual no había nadie pidiéndonos nada.
No hay puertas que cierren el palacio por completo (igual que en el resto de construcciones hindúes) y se puede entrar a cualquier hora. Nos pareció todo un poco extraño pero eso que nos habíamos ahorrado!
El templo de Pura Taman Saraswati también es conocido por el nombre de Lotus temple. Un lugar muy agradable y relativamente «tranquilo» teniendo en cuenta que está en pleno centro de Ubud.
Paseando por la calle principal nos encontramos con este templo que tenía una entrada preciosa.
Pero…no entramos porque hay que seguir las normas de indumentaria del hinduismo. Os dejo el cartel para que veáis cuales son.
Ninguno de los dos teníamos un sarong para ponernos y aunque no había nadie en la puerta controlando (la entrada es libre) no quisimos entrar ya que con estos temas somos muy respetuosos.
Los templos hindúes son preciosos, no se parecen en nada a los budistas, mezquitas o iglesias. Son totalmente diferentes. Se trata de espacios abiertos, con un patio central donde se hacen todas las ofrendas y ceremonias. Son muy coloridos, decorados con muchos lazos y cintas, flores e incienso y esculturas talladas que son pequeñas obras de arte.
Normas de vestimenta
Todo Ubud está repleto de estas construcciones. No tenéis que entrar a visitar este necesariamente. Eso sí, para entrar, hay que vestir el sarong, tanto hombres como mujeres. En teoría, las mujeres si tienen la menstruación tampoco pueden entrar…pero que yo sepa las mujeres no vamos por la calle con un cartel anunciando que tenemos la regla.
Después de recorrernos la ciudad, fuimos a comer a uno de los mil locales que hay. No vas a tener problema para comer en Ubud. Hay muchos locales con comida occidental que es un poco más cara, pero también muchos de comida local. A pesar de que Bali es más turístico, los platos están igual de bien de precio que en otros rincones de Indonesia.
A medio día, volvimos al hostel a descansar un poco y a esperar que cayera un poco el Sol porque hacía un calor que no se podía estar en la calle…y entre el calorazo que estaba pegando y el agobio que supone andar por Ubud con tanto turista y tanto tráfico, estábamos un poco cansadxs. Volvimos a nuestro hostel para desconectar un ratito. Ya echábamos de menos Sumatra!!!
Arrozales en Ubud
Cuando el Sol empezó a bajar, salimos de nuevo para hacer una pequeña a ruta a pie por los arrozales de Ubud. No estamos hablando de las terrazas de arroz de Tegallalang, estas las íbamos a visitar al día siguiente, sino de los campos de arroz que se encuentran en la misma ciudad.
Cómo llegar a los arrozales
Para llegar hasta el punto de inicio del sendero, hay que dirigirse a la calle principal, la Jalan Kajeng y girar en dirección a la granja orgánica «Sari Organik pharm». La «entrada» (no es una entrada como tal, pero ya nos entendemos) es una calle muy estrecha por la cual pueden circular motos…así que hay que ir con cuidado. Llegando al final de la calle, ya se empiezan a ver los campos de cultivo.
Para recorrer los arrozales tampoco hay pérdida alguna. Únicamente hay un caminito de tierra que atraviesa todos los campos y que transcurre paralelo al río. Es un paseo muy agradable y relajado. Las vistas son preciosas y los campos de arroz son de «verdad», no están puestos allí para el turismo y se pueden ver a los campesinos trabajando la tierra.
Cuidado si vais en moto
De vez en cuando pasa algún turista en moto. Si alquiláis moto, mejor que no entréis porque los que seguían el camino en moto nos los encontrábamos más adelante cargando con ella. El problema es que al principio el caminito esta como asfaltado con baldosas y parece que es transitable pero luego es un mini camino de tierra irregular con socavones y escalones. Además, andando se puede hacer tranquilamente. Es un paseo cortito y muy fotogénico, para tomárselo con calma.
Hicimos gran parte del sendero y nos encantó! Además la temperatura era ideal, vimos cómo fue cayendo el sol entre los arrozales y pudimos observar a los campesinos trabajando. Los campos de la entrada estaban más húmedos y, por lo tanto, de un color verde más intenso. Llegando hacia el final y en la parte más alta, ya estaban más secos y tenían una tonalidad amarilla espectacular. La panorámica de colores era de postal.
Ubud nos había sorprendido muy positivamente. Nos encantaba la arquitectura típica balinesa, repleta de templos hindúes, sus habitantes vestidos con los atuendos tradicionales y la exuberante vegetación que le da un toque exótico fantástico. Normal que sea un lugar tan visitado.
Siguiente etapa…
Para el día siguiente, habíamos quedado con un taxista que después de regatear (como nos cansa ya el tema…) nos llevaba a la Tegenungan Waterfall y a las terrazas de arroz de Tegallalang por 200.000 Rúpias. Nos pasaba a buscar por nuestro hostel y no teníamos límite de tiempo.
Día 14. Ubud-Tegenungan Waterfall- terrazas de arroz Tegallalang- Ubud
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