Isla Martillo fue una experiencia única, irrepetible e impagable. Caminar entre centenares de pingüinos y poder apreciar y disfrutar de este animal a muy corta distancia será uno de los mejores recuerdos de nuestro viaje a la Patagonia. Isla Martillo es una zona completamente protegida y el cupo de visitantes está muy delimitado. Para poder acceder, hay que hacerlo a través de una agencia especializada en el estudio de estos preciosos y delicados animales.
Además de desembarcar en la pingüinera de Isla Martillo, también hicimos una navegación por el Canal Beagle donde vimos paisajes salidos de otro mundo. Nos sentíamos las personas más afortunadas del mundo ante tanta belleza. No te lo pierdas, te lo contamos todo en esta entrada!
Anteriormente…
El trekking que hicimos el día anterior a Laguna Esmeralda superó todas nuestras expectativas. Ya empezábamos a ser conscientes de lo excepcional de esta tierra. Si todavía no la has leído, aquí te dejamos el link 👇👇👇
⇒Día 3. Ushuaia. Trekking a Laguna Esmeralda.
Contents
Cómo contratar el tour por el canal Beagle y el desembarco en Isla Martillo
En el puerto de Ushuaia, hay varias casetas de diferentes compañías que hacen el recorrido por el Canal Beagle. Más o menos todas hacen la misma ruta durante la navegación. A continuación, os contamos la ruta que nosotros hicimos. Antes queremos decir que para nada le queremos hacer ninguna publicidad a la compañía con la que hicimos la navegación pero, en el momento que fuimos, era la única compañía autorizada para realizar desembarco de personas en Isla Martillo con una cuota extremadamente limitada.
Esta es la espectacular ruta que hicimos por el canal Beagle:
– Navegación por el canal Beagle
– Colonia de cormoranes
– Colonia de lobos marinos
– Faro Eclaire
– Estancia Haberton
– Isla Martillo. Desembarco en la isla si se realiza la navegación con Piratours.
– Regreso a Ushuaia en vehículo por la estepa patagónica haciendo paradas panorámicas.
Reservar con antelación
Nosotros teníamos clarísimo que queríamos ver de cerca la colonia de pingüínos en Isla Martillo. Para hacerlo, reservamos la navegación con muchos meses de antelación con esta compañía (Piratours) porque es la única que puede hacer el recorrido a pie dentro de la isla. Si no se consigue reserva para el día indicado, las otras compañías también se acercan bastante y se puede ver parte de la colonia de pingüinos desde el barco.
Si se quiere recorrer la isla a pie, hay que hacer la solicitud con mucha antelación poniéndose en contacto con la empresa por email. El grupo es muy reducido (máximo 10 personas) y solo hacen una salida al día. Nosotros no éramos más de diez personas. La empresa no es nada del otro mundo, no dan muchas explicaciones, ni información durante el recorrido.
Esta es una de las excursiones fuertes en Ushuaia y después de el día que nos hizo ayer (meteorológicamente hablando) estábamos un poco preocupadxs. Pero milagrosamente el Sol ya hacía horas que lucía, no se veía una sola nube y no soplaba nada de viento. ¡No nos lo podíamos creer! Aunque no nos queríamos hacer ilusiones porque el tiempo cambia en dos minutos, estábamos esperanzadxs….
A las 8.30 de la mañana nos hemos presentado en la caseta de Piratour con quien teníamos reservada la excursión del día de hoy. Allí, nos dieron los pasajes de embarque y después tuvimos que pagar las tasas de embarque del puerto de Ushuaia (20 pesos por persona).
El barquito de Piratours es bastante pequeño, lo cual significa que hay poca gente, mejor. La guía hace las explicaciones en inglés y en castellano aunque todo el mundo, excepto nosotros, eran brasileñxs. Hay asientos en el interior con calefacción pero se puede salir al exterior y subir a cubierta en cualquier momento. Nosotros nos pasamos la mayor parte del tiempo fuera porque el paisaje lo vale!
Nada de masificación turística
Lo que sí nos ha sorprendido y mucho es que para nada hay un turismo masificado en el Canal Beagle. Nosotros nos imaginábamos un montón de barcos con montones de turistas quitándole todo el encanto a la visita, pero nada más lejos de la realidad. La imagen de Halong Bay en Vietnam nos ha creado trauma.
El mar estaba totalmente en calma por lo que no marea nada. Son unas cuantas horas de navegación, no se si ha sido buena suerte o si siempre está así.
Solo salir del puerto de Ushuaia, el paisaje es hipnotizador. A ambos lados se pueden apreciar las cordilleras montañosas. A un lado Argentina y, al otro, Chile. Muchas de las montañas con los picos nevados y el agua de la nieve descendiendo en forma de cascada. Nos ha recordado un poco al primer tramo de la navegación que hicimos por el Milford Sound en Nueva Zelanda.
1. Port Williams
Uno de los primeros lugares a por los que pasamos fue por delante de Port Wiliams.
Port Wiliams era una antigua base naval chilena fundada en 1940 que ahora se ha convertido en un mini pueblo donde viven civiles todo el año.
Esta pequeña localidad y Ushuaia se disputan la titularidad de la ciudad más austral del mundo. En realidad, Port Wiliams se encuentra a 3km de Ushuaia y los habitantes dicen que viven más allá del fin del mundo. De hecho, seria el último lugar habitado del mundo en el hemisferio sur. Pero los habitantes de Ushuaia, no consideran Port Williams una ciudad por su uso militar.
2. Colonia de cormoranes
La primera parada la hacemos en una colonia enorme de cormoranes reales. El cormorán es una ave que de lejos se parece mucho al pingüino. La barca se ha quedado flotando un buen rato alrededor del islote y hemos podido apreciar muy de cerca a estas aves.
La roca está completamente cubierta por cormoranes. Familias enteras anidan en ella. Esta es sin duda la mejor época porqué que las crías ya han salido de los huevos y se multiplica la población.
3. Colonia de lobos marinos
La navegación dura un buen rato más hasta llegar a la colonia de lobos marinos. Siempre rodeados de paisajes que son absolutamente pura belleza.
La imagen es BRUTAL. Nos quedamos todo el barco en silencio observando a estas magníficas criaturas. Lo mejor del tour es que se queda muchísimo tiempo en cada lugar de manera que tuvimos tiempo de sobras de hacer (mil) fotos y disfrutar tranquilamente de esta oportunidad.
4. Faro Eclaire
El Faro Eclaire se encuentra justo al lado de la colonia de lobos marinos y es la imagen mítica e icónica del canal Beagle. Es más el simbolismo y la historia que tiene que otra cosa. Porque después de ver a los lobos marinos, ver un faro tampoco es que nos despertara mucha emoción como todo el mundo entenderá. Eso sí, el paisaje es tan espectacular todo el tiempo, que el faro le daba un toque mágico.
5. Estancia Haberton
En Estancia Haberton desembarcamos y nos dividimos en dos grupos para dirigirnos a Isla Martillo.
Nosotros íbamos en el segundo grupo, así que tuvimos tiempo de recorrer la isla de Estancia Haberton. Es diminuta y solo tiene un pequeño restaurante con baños que se pueden utilizar libremente y un museo al que fuimos más tarde. Pero, el paisaje que rodea la estancia es mas que idílico.
6. Pingüinera en Isla Martillo
Antes de subir a la lancha, la guía nos recuerda algunas instrucciones para movernos por la isla. Por supuesto, hay unas reglas muy estrictas que son de obligado cumplimiento.
Normas para desembarcar en Isla Martillo:
– Hablar en voz baja e intentar estar en silencio el máximo tiempo posible.
– No tocar a los pingüinos.
– Si se acercan los pingüinos, quedarse quieta.
– Andar lentamente y con cuidado ya que están por todas partes.
– No hacer movimientos bruscos.
– Y, unas cuantas más de sentido común.
Por fin llego el momento estrella de la navegación, el desembarco en la pingüinera. Nos subimos a una zodiac que nos llevo hasta la costa. Y, nada más desembarcar, la playa repleta de pingüinos que ni se inmutaban a nuestro paso. Una sensación indescriptible.
En Isla Martillo, hay un camino marcado del cual no te puedes salir. La visita se compone de dos senderos principales, los dos muy largos y siempre bajo la estricta supervisión de la guía. Durante el primero, visitamos una colonia de pingüino magallánico estacional. Los pingüinos que componen esta colonia se van al mar en cuanto llega el frío y migran a zonas más cálidas. La segunda colonia, en cambio, es de pingüinos papua y es fija. Se quedan en Isla Martillo durante todo el año.
Primera colonia: pingüino magallánico
Empezamos el primer recorrido para ver a los pingüinos magallanicos. Estaban por todas partes!!!! Se nos cruzaban por delante mientras caminábamos. Esta es la mejor época del año para ir a la pingüinera ya que las crías son grandes y están todas fuera de los nidos. Eso sí, dentro de unos meses, se irán todos al mar y esta colonia se queda vacía.
Ha sido fantástico porque hemos podido ver a familias enteras de pingüinos con sus crías campando a sus anchas tranquilamente. No nos hubiéramos imaginado nunca que los tendríamos tan cerca.
Encima hacía Sol, no soplaba el viento, no hacía casi ni frío. Toda la suerte de nuestro lado par vivir una experiencia única en la vida.
Estas son algunas de las cientos de fotografías y vídeos que hemos hecho.As
Segunda colonia: pingüino papua
Cuando hemos acabado de visitar los nidos de las familias de pingüinos magallanicos, nos hemos dirigido hacia la colonia del pingüino papua. A diferencia de los pingüinos magallánicos, estos viven en la isla todo el año, salen a buscar comida y regresan.
Esta colonia se visita manteniendo una distancia prudente de seguridad. Lo curioso es que en ella se han venido a vivir recientemente dos pingüinos rey. Todavía no saben si son macho o hembra y tampoco los motivos por los cuales se han instalado con los pingüinos papua. Una de las teorías es que se pueden haber desorientado en el mar y han ido a parar a Isla Martillo. Eso sí, la colonia los ha aceptado y están muy bien integrados en la comunidad. Creen que se debe en gran parte a su parecido físico y que son de costumbres muy similares. Recordemos que los pingüinos son animales muy sociales y las colonias están perfectamente organizadas.
Verlos en directo es un regalo.
La playa de Isla Martillo, zona de descanso
Para finalizar el recorrido, hemos ido a otra zona de la isla, la playa. Nos hemos sentado sin hacer ruido para observar a los pingüinos descansando, jugando y nadando. Unos momentos impagables que guardaremos en nuestra retina para siempre.
Isla Martillo, una experiencia inolvidable
Después de tanta emoción y felicidad nos hemos vuelto a la zodiac. El tiempo permitido en la isla es de una hora, más que suficiente.
Antes de ir, para nada nos pensábamos que veríamos tantísimos pingüinos. Sí que nos habían asegurado que los apreciaríamos de cerca pero no en esta cantidad. En la actualidad, tienen censados en isla Martillo más 5.000 parejas de pingüinos magallánicos y la colonia sigue creciendo.
Todavía no habíamos acabado con la excursión pero estábamos taaaan ilusionados y emocionados con la visita que nos costaba parar atención al resto de cosas que nos quedaban por hacer.
7. Visita al museo de fauna marina
Por la tarde, en Estancia Haberton, visitamos el museo de fauna marina de la Patagonia argentina. El museo es diminuto pero la visita es muy interesante. Merece la pena hacer una visita guiada, normalmente entra con el precio de la navegación.
8. Vuelta a Ushuaia por la ruta J
Para volver a la ciudad de Ushuaia, lo hicimos en un bus que atraviesa toda la estepa patagónica. Paramos en algunos lugares en concreto para hacer fotos y quedar impresionados por el paisaje.
El castor, un problema para el bosque patagónico
Esta zona está muy afectada por la invación de castores. Los castores fueron importados desde Canadá en los años cuarenta por la armada argentina para empezar con la industria peletera. El problema es que como en la patagonia no hace tanto frío como en Canadá, los castores no desarrollaron un pelaje suficiente para hacer negocio y los dejaron en libertad.
Ahora la población de castores llega a los 140.000 causando graves daños en los bosques. En la patagonia no tienen depredadores ya que no hay coyotes ni osos por lo que se han reproducido de manera alarmante. Los castores destrozan literalmente los árboles para hacer diques en los ríos donde crean su hogar. Estos diques hacen que zonas boscosas se inunden y destruyan toda la vegetación y arboles que hay a su alrededor.
Llegada a Ushuaia
Después de este intenso día, volvimos a la ciudad con la imagen de los pingüinos pasando por nuestro lado en isla Martillo. Ayer decíamos que el lago esmeralda era uno de los lugares más bonitos en los que habíamos estado nunca, pero sin duda el día de hoy es de las mejores experiencias que hemos vivido nunca.
Siguiente etapa…
Nuestro viaje por la Patagonia argentina y chilena continua. Mañana nos vamos hacia el Parque Nacional Tierra de Fuego. Nuestra última visita desde Ushuaia antes de partir hacia Punta Arenas.
⇒Día 5. Ushuaia: Parque Nacional Tierra de Fuego
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