Hoy nos íbamos hasta Nara y de vuelta pararíamos en fushimi Inari para recorrer la enorme cadena de toris. Nara no estuvo mal, pero sin duda lo que más nos gustó fue Fushimi Inari y atravesar los innumerables toris repartidos en medio de la montaña. Eso sí, tuvimos que ingeniárnoslas para esquivar y evitar a la invasión de turistas asiáticos y no morir aplastados por uno de sus nada reducidos grupos ataviados con paraguas y tacones (muy poco práctico para ir a la montaña). Te contamos todos los detalles en esta entrada. ¿Nos acompañas?
Anteriormente…
El día anterior recorrimos una de las partes de Kyoto que más nos habían gustado, Arashiyama. Para nosotros lo mejor de Kyoto! Te contamos todos los detalles en el siguiente link. No te lo pierdas!
⇒Día 14. Kyoto: Bambusal de Arashiyama-Arashiyama Monkey Park-Nishiki Market.
Contents
Nara. Como llegar, Ruta, información.
Cómo llegar a Nara
Desde Kyoto solo hay que coger la línea JR Nara. Para llegar hasta Fushimi Inari desde Nara hay que coger cualquier línea LOCAL que vaya a Kyoto. Los trenes exprés NO paran.
Nara, Mucho calor, ciervos y templos
Este día hacía muchísimo calor, por lo que la excursión por Nara la alargamos un poco más de la cuenta y fuimos parando a descansar en cualquier sombra que encontramos. Solo salir de la estación, hay que seguir la avenida que hay justo delante. En esta misma calle, hay muchos restaurantes que están muy bien de precio. Nosotros comimos en uno de ellos a la vuelta.
El primer lugar que está indicado es el santuario Three-Storied Pagoda.
Siguiendo, llegamos a un parque repleto de ciervos. Vaya sorpresa! Antes de ir a Miyajima sí que habíamos leído sobre los ciervos, pero encontrárnoslos en Nara no lo esperábamos. Estaban por allí descansando, paseando y buscando comida.
Nos quedamos un buen rato en el parque haciéndoles fotos y observándoles, además había sombrita y se estaba la mar de bien…nos estábamos asando. Atravesamos el parque y llegamos al Nara National Museum. Lo mejor es que al otro lado de la carretera hay un Restroom free. ¡Esto nos encantó! Es parecido a una oficina de turismo pero con sofás, sillas, etc. Pensado para que los turistas descansen del calor. Además había agua fría, té, café y refrescos todo gratis! Nosotros nos quedamos allí metidos un buen rato disfrutando de la amabilidad japonesa. ¡Qué bien nos vino este lugar y el aire acondicionado!
Cuando volvimos a ser personas, continuamos hasta el Todaji Temple donde se encuentra el Daibutsuden, el buda gigante. La entrada es impresionante. Un arco de madera gigante con el templo de fondo. Todo el camino hasta el templo está lleno de ciervos campando a sus anchas. Nosotros sacamos los bocatas y nos tuvimos que ir porque no nos dejaban tranquilos!
Disfrutando de la gastronomía japonesa!
Volvimos a la avenida principal para llegar a la estación. De camino, encontramos un restaurante que tenía muy buena pinta y además muy bien de precio. El nombre estaba solo en japonés así que no pudimos coger referencias, una lástima porque comimos dos mega sets por tan solo 1400Y. Estaba todo buenísimo! Diría que de los mejores lugares donde comimos en Japón!
Fushimi Inari
Con la barriga llena, llegamos a la estación y cogimos el primer tren que iba hasta Fushimi Inari.
Abarrotado de turistas
Cuando llegamos allí, serían cerca de las 4 de la tarde y era imposible circular. Grupos mega numerosos de asiáticos con su guía ocupaban cada metro cuadrado. Como no teníamos prisa y Fushimi Inari no tiene hora de cierre, nos sentamos en las escaleras de la entrada un buen rato hasta que acabaran de llegar autocares repletos de gente.
Y, como evitar a las masas de turistas
Al cabo de un rato, empezamos la ruta por los toris. En el primer tramo, todavía había bastante gente, pero a la que fuimos avanzando y subiendo por la montaña ya no nos encontrábamos con casi nadie. La subida es muy pronunciada y el recorrido larguísimo, todos estos tours organizados se quedan en el primer trocito del camino y se vuelven. Perfecto para nosotros!
Avisamos que la subida es bastante larguita, pero el lugar es mágico. Además estaba oscureciendo (en Japón anochece muy pronto) y con las luces encendidas aún tenía más encanto.
Por fin llegamos a la parte más alta y justo empezó a lloviznar. Lo mejor de todo es que se veía a lo lejos la espectacular tormenta que estaba cayendo y que estaba apuntito de llegar. Bajamos aunque tampoco nos dimos mucha prisa y cogimos el primer tren que pasaba dirección a Kyoto. El tren iba a reventar de gente, hay que tener un poco de morro para entrar porque de lo contrario, te quedas fuera.
Para cuando llegamos a la estación de Kyoto, estaba diluviando OTRA VEZ. Así que volvimos a casa como si nada (ya nos lo tomábamos con filosofía) mojándonos y llegando otra vez como si nos hubiéramos metido en una piscina, no problem. Cuando llegamos, pusimos la ropa en el baño y con el súper sistema de secado, antes de ir a cenar ya estaba todo seco.
Cena de nivel en Kyoto
Para cenar, fuimos a un restaurante que habíamos visto el día anterior y que tenía MUY buena pinta. Se llamaba Hokuto. Para empezar, el local ya era precioso. Todo de madera, con el suelo de tatami y mesitas bajas. Para entrar, dejamos los zapatos en unos cajoncitos de la entrada y nos sentaron en unas mesitas que daban a un jardín interior. Mejor imposible. En este fantástico lugar probamos por primera vez el Sukiyaki.
Preparación del Sukiyaki
La preparación del Sukiyaki es todo un ritual. Nos trajeron un fogón a piedra, las bandejas con la carne cortada tan fina que parecía jamón, otra bandeja con verduras y un montón de recipientes con muchas salsas. Nos tuvieron que ayudar a prepararlo porque no teníamos ni idea…Primero, abrió un huevo, lo batió y lo puso en un recipiente, luego con otra salsa (que no sabemos qué era) también hizo otro procedimiento. Finalmente, no sabemos que nos echó en otros dos cuencos (viva la comunicación!).
El tema es que para hacer la carne se tenía que verter el contenido de dos de los recipientes dentro de la olla, primero se ponía la carne y luego las verduras. Cuando la carne estaba hecha, se tenía que mojar en el contenido de otros dos recipientes antes de ponértela en la boca. No sabemos qué era cada cosa porque como no hablaban nada de inglés, no nos podíamos comunicar. ¡¡¡El tema es que estaba exquisito!!! Todo nos costó solo 4.600Y, el precio espectacular.
Siguiente etapa…
Al día siguiente nos íbamos a Nagoya con la idea de hacer la ruta del Nakasendo, pero un tifón nos estaba esperando…No te pierdas todo el relato en el siguiente link!
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