Hoy dejábamos Kyoto con la intención de llegar hasta Nagoya para hacer la ruta del Nakasendo. La ruta transcurre entre las localidades de Magome y Tsumago. Para llegar a Magome teníamos que llegar primero a Nagoya. Y fue allí donde nos tuvimos que quedar debido a la llegada de un Tifón. Teniendo en cuenta que teníamos los shinkansen reservados para los próximos días, supuso un gran contratiempo. El clima en Japón se estaba luciendo…Os contamos como solucionamos este imprevisto y la modificación que tuvimos que hacer en la ruta. ¿Nos acompañas?
Anteriormente…
El día anterior visitamos uno de los lugares más mágicos de Japón. El sendero de Toris en Fushimi-Inari. También recorrimos la localidad de Nara donde nos encontramos con un montón de ciervos campando a sus anchas. Si todavía no la has leído, te dejamos la entrada en el siguiente link:
⇒Día 15. Kyoto-Nara-Fushimi Inari-Kyoto.
Contents
Día 16. Kyoto-Nagoya
Nuestro primer tifón
Hoy era día de cambio, como hemos comentado dejábamos nuestro fantástico alojamiento de Kyoto. Nuestro apartamento en el River East Nanajo – Guest House In Kyoto para movernos hasta Nagoya y después a Magome.
Antes de dejar el apartamento, ya nos dimos cuenta que estaba diluviando de mala manera. Ya nos olíamos la tragedia… La propietaria nos dijo que se estaba acercando un TIFÓN y que no iba a parar en todo el día-noche. La verdad que hoy no teníamos previsto visitar nada porque la idea era ir hasta Nagoya y como mucho dar una vuelta por la ciudad, simplemente íbamos hasta Nagoya para hacer la Ruta del Nakasendo al día siguiente.
Ya en el hall de la guesthouse, nos sentamos resignados viendo el panorama meteorológico que nos esperaba. No solo estaba diluviando, el viento empezaba a ser muy fuerte. Que asco de tiempo en Japón. La propietaria que nos intentaba animar, empezó a sacar plásticos y plásticos para tapar las mochilas, los objectos de valor, la cámara, y para taparnos nosotros mismos. Lo atamos todo con cinta aislante (la mujer tenía todo el kit preparado). La idea era poder llegar a la estación de Kyoto de una pieza. La mujer nos avisó que cuanto antes saliéramos mejor porque el viento iba a ir en aumento. Por cierto, antes de partir nos despedimos de nuestro vecino, este mini Hachiko. Seguro que pensaba: qué pringados estos. Y, sí, tenía razón. Ahora nos arrepentimos de no habernos hecho una foto envueltos en plástico y cinta aislante.
Estación de Kyoto
Por suerte, nuestro alojamiento se encontraba más o menos cerca de la estación y pudimos aguantar el viento hasta llegar. Eso sí, por el camino perdimos unos cuantos plásticos…Como mínimo llegamos, empapados pero enteros. En la estación nos empezamos a preocupar (un poco más) porque veíamos clarísimo que no podríamos hacer la Ruta del Nakasendo.
Lo primero que hicimos después de comprobar que no habíamos perdido nada por el camino y de quitarnos los plásticos que la mujer nos había envuelto en los pies y piernas para que no se nos mojaran, fue ir a la oficina de información turística. Cuando preguntamos por la previsión meteorológica, la mujer nos puso una cara de pena. Ya sabíamos la respuesta. Nos enseñó la web oficial con información en inglés y nos la pusimos también en el móvil. La zona de Nagoya no podía estar más en color rojo. Por cierto tenemos que decir que la web era muy cutre. Los resaltes parecía que estaban hechos con el Paint. Nos recomendó que la miráramos cada hora porque podía mejorar en cualquier momento (seguro que sí…). En la estación de Kyoto conseguimos wifi gratis y allí que estuvimos actualizando la web cada 5 minutos.
Lunch in Kyoto Station: un buenísimo Tonkatsu
Para pasar el disgusto y como todavía teníamos tiempo antes de que saliera nuestro tren (a las 13.58h), fuimos a comer a uno de los restaurantes de la estación que habíamos buscado por Internet. Es curioso como en Japón, los restaurantes mejor valorados (con precio asequible) se encuentran dentro de las estaciones de tren. Las estaciones tienen un poco la función de centros recreativos.
¡Vaya festín de comida para superar las penas! El restaurante al que fuimos se llama Katsukura, Kyoto Station. Nos pedimos dos mega sets de tonkatsu. El tonkatsu es carne troceada (muy hecha) con un rebozado buenísimo. Todo venía acompañado con salsas y complementos, como verduras, ensalada, té, etc. ¡¡¡Buenísimo!!! Una comida espectacular en un restaurante de calidad nos costó solo 3000Y.
Nagoya
Cogimos el tren y en media horita llegábamos a Nagoya. En el tren, daban avisos por megafonía y en los paneles sobre la llegada del tifón, pero nosotros no perdíamos la esperanza.
Llegamos a Nagoya y fuimos directos a preguntar por el tifón a información turística. Nos dieron muy malas expectativas para mañana. Preguntamos si en Tokyo también haría mal tiempo y la respuesta fue que no, que en Tokyo no iba a llover. Así que tomamos la decisión de pasar la noche en Nagoya y al día siguiente, coger el primer tren para volver a Tokyo. Haríamos la Ruta del Nakasendo igual pero desde Tokyo y al cabo de dos días cuando ya hubiera pasado el tifón. Lo siguiente fue reservar el shinkansen para Tokyo a las 7:18h, a las 9:10h ya estaríamos en la capital y podríamos aprovechar todo el día.
Con todas las gestiones hechas, nos dispusimos a salir de la estación. Nos encontramos un panorama poco alentador. A parte de la lluvia, lo peor era el viento que hacía. Nosotros cubrimos las maletas como pudimos y directos al hotel. Suerte que estaba muy cerca. Por supuesto, los plásticos de poco nos sirvieron… dimos un espectáculo por la calle…parecía la ciudad fantasma.
Alojamiento en Nagoya
En Nagoya nos alojamos en el hotel Dormi Inn ExpressNagoya. Llegamos empapados y sorpresa, el hotel apestaba a tabaco. Japón es la mejor muestra de que el avance tecnológico no va de la manita del progreso social. Ya habíamos siempre estado pendiente de reservar en hoteles donde estuviera prohibido fumar. En este escogimos habitación para no fumadores pero no caímos en que se podía fumar en cualquier parte del hotel.
El hotel, un cenicero gigante
En principio, nos dieron una habitación de no-fumadores pero no se lo creían ni ellos. La habitación hacía un pestazo a tabaco que no se podía aguantar, toallas y sábanas incluidas. Se lo comentamos, nos pidieron mil perdones y nos dieron otra habitación. La chica entró con nosotros y ya puso cara de descompuesta. Efectivamente, esta habitación aún era peor. Cuando le preguntamos porque olía a tabaco si nos prometían que era exclusivamente de no-fumadores, la pobre mujer no sabía qué cara poner. En fin, nos quedamos en la anterior habitación porque total, susto o muerte, qué más daba.
Ahí no acaba la historia de este “maravilloso” hotel. El hotel tenía “public bath”, pero atención, SOLO PARA HOMBRES. Las mujeres solo tenían derecho a acceder durante unas horas en fin de semana. Nos pareció más que vergonzoso. ¿Es que acaso las mujeres pagan menos por el precio del hotel? Pues no. Si todo el mundo paga lo mismo, entendemos que todo el mundo tendría tener derecho a los mismos servicios. Vergonzoso. En este public bath tampoco se podía entrar si tenías tatuajes (por si algún HOMBRE quiere entrar que lo sepa).
El tema es que con el tifón, no podíamos salir del hotel, así que aprovechamos para descansar todo lo que pudimos. Para cenar, nos tuvimos que conformar con algunas cosillas que habíamos comprado los días anteriores en el supermercado.
Siguiente etapa…
Al día siguiente llegábamos a Tokyo! Cambiábamos completamente de zona para evitar al tifón que nos había traído de cabeza. Estábamos contentos porque habíamos podido solucionar el cambio de ruta y cambiar las reservas de los shinkansen sin ningún tipo de problema ni de costo adicional. Pudimos reservar dos asientos en un horario buenísimo y llegar a Tokyo a primer hora de la mañana. De esta manera aprovechamos todo el día completo en Tokyo. Te contamos todos los detalles en la siguiente entrada. No te lo pierdas!
⇒Día 17. Nagoya-Tokyo: Ginza, Tsukiji Market, Shiba-Koen, Tokyo Tower
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