Hoy subíamos hasta el Mount Sibayak uno de los volcanes que se encuentran en la localidad de Berastagi, en el norte de Sumatra. Y, ya de paso, nos daríamos un bañito en una área de aguas termales cercana al volcán situada en medio de la montaña y, lo mejor, lo haríamos gratis! No te pierdas el relato completo de este fantástico día en esta entrada. ¿Nos acompañas?
Anteriormente…
Llegar a Berastagi desde Ketambe fue toda una aventura en si y por eso le dedicamos toda una entrada completita! No te la pierdas si todavía no la has podido leer:
⇒Día 3. Sumatra: Cómo llegar a Berastagi desde Ketambe
Contents
- Día 4. Berastagi: subida al volcán Sibayak por libre y baño en sus aguas termales.
- Despertar en Berastagi
- Camino hasta la cima del Mount Sibayak: todo subida
- Hot Springs, aguas termales del Sibayak
- De vuelta a Berastagi en furgoneta
- Minorías religiosas en Indonesia
- Sunset view point en Berastagi
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Día 4. Berastagi: subida al volcán Sibayak por libre y baño en sus aguas termales.
Despertar en Berastagi
Nos despertábamos muy pronto porque el día amenazaba lluvia y no queríamos que nos pillara durante nuestra excursión. Había hecho bastante frío por la noche y el día se presentaba fresquito, así que nos equipamos bien para subir al volcán Sibayak.
Comimos cuatro cosas que habíamos comprado el día anterior en el super y salimos de la habitación. Justo salimos que el pobre hombre que se encargaba de la casa (no el propietario, que ese se pegaba la vida padre) nos pregunta si queremos desayunar. Nos quedamos con cara sospechosa en plan nos lo quieren colar y luego nos lo harán pagar. Le decimos que no, que nos vamos al volcán y el hombre insiste. Nos dice que vale que cuando volvamos del volcán nos prepara el desayuno. Viendo la buena fe del señor, le preguntamos si está incluido y nos dice que sí. Ya nos lo podrían haber dicho antes. Total que quedamos que a la vuelta nos lo prepara, muy majo él.
Camino hasta la cima del Mount Sibayak: todo subida
El camino para llegar al cráter del volcán no tiene pérdida alguna, eso sí es un recorrido bastante largo y TODO subida. Cuando lo vimos en el maps.me no nos pareció tanto. Por suerte, nuestro hostal estaba estratégicamente situado para visitarlo. Lejos del pueblo que era muy ruidoso y caótico, pero cerca del camino que lleva al volcán y muy tranquilo. El día anterior, ya subimos todo el tramo hasta nuestro hostal, así que en cierta manera ya teníamos «una parte hecha» (siendo MUY optimistas).
Subida al Sibayak por libre
Una cosa que quiero decir antes de continuar es que nosotros hicimos la ascensión completamente por libre. NO ES NECESARIO NINGÚN GUÍA. El camino está marcado (hasta cierto punto) y no tiene pérdida. Hay que recordar que los guías no son profesionales y que os van a ayudar… mmmmhhh NADA. Ni dan equipo (ni falta que hace) ni información ni nada. Por lo que recomendamos hacerlo por vuestra cuenta.
(Continuamos) Básicamente hay que seguir la carretera y al final, cuando llegas a un hotel de «lujo», la carretera se bifurca, derecha o izquierda, hay que seguir por la derecha y todo recto. Gran parte del camino está asfaltado pero está lleno de socavones y el asfalto levantado. En coche no se puede circular pero sí en moto esquivando los agujeros.
De camino ya nos fuimos encontrando con todo tipo de fauna, en especial, varios de estos insectos de un tamaño enorme!!!!!!!!!!!!
Sorpresita: hay que pagar entrada
Andamos y andamos hasta llegar a la entrada oficial donde SORPRESA nos piden 10.000 rupias. Es una miseria pero vaya cara tienen.
Preguntamos si todo el mundo paga o solo los extranjeros porque ya estamos bastante hartos de estas diferencias. Si hiciéramos lo mismo en Europa, más de uno se llevaba las manos a la cabeza. El hombre insiste que sí que todo el mundo paga y nos enseña los recibos de otras personas (vete tu a saber) a parte de hacernos un poco la pelota. Total, pagamos, nos registramos y continuamos andando. El tema es que si pagas «entrada» esperas que como mínimo la carretera no esté partida en dos y se pueda transitar sin que parezca una gincana.
Empezamos a andar por encima del volcán
La subida cada vez era más pronunciada. Nosotros que ya llevamos un tute importante a las espaldas…sudamos lo nuestro para llegar.
Una vez se acaba el asfalto (o lo que queda de él), hay que seguir las indicaciones de un cartelito muy mono que dice que subas por un caminito a mano izquierda. El camino transcurre entre vegetación y el suelo empieza a ser una mezcla entre barro y azufre.
Las vistas, espectaculares
Durante esta parte el camino es cerrado. Por lo que cuando acaba y llegamos a una pequeña explanada, nos quedamos petrificados con las impresionantes vistas, una sensación indescriptible. Como mínimo recuperamos la motivación para seguir subiendo, porque ni de lejos habíamos acabado.
A partir de ese punto, el camino es precioso. Continua siendo subida, pero mucho menos severa y se puede ir viendo el esplendido paisaje que rodea el cráter del volcán. Nos encontramos con un par de chinos que estaban intentando hacer volar un dron. Las imágenes seguro que debían ser impresionantes.
Acercándonos al cráter del Sibayak
Por momentos, empezábamos a percibir un fuerte olor a azufre, por fin nos acercábamos! Ante nosotros se abría una gran explanada humeante, un paraje casi lunar.
Sin ningún camino marcado y (como no) sin personal del parque vigilando, nos fuimos acercando esquivando los puntos más calientes. Suena muy épico pero en realidad no lo es tanto. Lo único es que todavía nos sorprende que no haya nadie controlando. El panorama era que íbamos andando y de golpe salía un chorro de humo a presión de debajo de alguna piedra. Eso solo te lo dejan hacer en Indonesia…
Y, por fin, llegamos al lago del volcán Sibayak. Una imagen fantástica!!
Libertad total de movimiento en el cráter de Sibayak
Como aquí no hay control alguno, todavía subimos un poco más hasta la parte más alta. Para hacerlo, atravesamos una zona humeante, íbamos con cuidado donde pisábamos para no desgraciarnos las botas. Vimos un par de personas hiper preparadas que iban bordeando la parte más activa, pero nosotros nos conformamos con la posición a la que llegamos. De hecho, si tienes el equipo adecuado, experiencia y sentido común puedes dirigirte hacia donde te apetezca porque no hay ninguna zona restringida. Cuando acabamos de deleitarnos disfrutando de este momento, deshicimos los pasos andados e iniciamos el descenso por el mismo camino.
Este vídeo corresponde a los últimos segundos antes de llegar a la parte más alta. No se ve todo el camino pero da una idea del terreno (y del viento). Como veis no hay límites ni zonas inaccesibles.
Hot Springs, aguas termales del Sibayak
Llegamos a la «entrada oficial» del Sibayak y nos volvimos a encontrar con el hombre de antes. Le preguntamos y nos animó a llegar hasta los hot springs. Viendo que el día aguantaba (no había ni rastro de lluvia por el momento), nos decidimos a ir y fue una idea genial!!!
Llegar es muy sencillo. Hay que seguir el camino que sale a mano derecha desde donde se encuentra la entrada oficial. Son unos 8 km en total. Al principio sí que hay que hacer alguna subida pero el resto es bajada o plano.
Lo primero con lo que nos encontramos fue con una central geotérmica que aprovecha la energía del volcán. Y, lo segundo, lo que en un principio pensábamos que eran los «hot springs», casi nos da algo. Era una piscina con agua caliente eso sí, pero llena de toboganes. No había mucha gente, pero nos lo imaginábamos más «idílico». Por suerte, después del bajón inicial, comprobamos en el maps.me que todavía teníamos que continuar andando para llegar a nuestro destino.
Mientras andábamos, cruzábamos los dedos para que realmente valiera la pena toda esta caminata después de subir y bajar del volcán…
Un remanso de paz en medio de la montaña
Llegamos al punto indicado y ya vimos una caseta que ponía el precio de la entrada, 5.000 rupias. Pero, el lugar estaba desierto. Pasamos y nadie nos hizo parar así que allí estábamos con un montón de piscinas de agua caliente en medio de la montaña y totalmente solos. El agua estaba super limpia y el entorno inmejorable, eso sí todas las piscinas tenían más o menos la misma temperatura. Estábamos agotadxs después de la subida al Sibayak aunque había valido la pena todo el esfuerzo.
Encontramos compañía…
Estábamos nosotros tan agustito disfrutando del lugar totalmente solos…hasta que llego un grupo de locales.
Básicamente eran tres chicas que llevaban a las termas a sus hermanos y hermanas. Así que imagina el show…duramos en bañador dos minutos. Ellos y ellas se bañan con ropa y yo en bikini…si van a una playa de Barcelona se mueren. Indonesia es un país musulmán aunque tampoco es que sean tan estrictos como en otros lugares o comunidades.
Un gran ratito en compañía
Al final, nos lo pasamos la mar de bien con ellxs. La gente aquí es igual de inocente que en Myanmar y igual de amable. Primero se pusieron muy alejados de nosotros y poco a poco se fueron acercando. De lejos, escuchábamos cómo iban practicando en inglés lo típico What’s your name, where are you from, etc. Nos hacía mucha gracia. Ya estábamos esperando el momento del asalto jaajajaj. Total, acabamos pasando el rato todxs juntxs y nos pidieron mil selfies, hasta con las hermanas mayores «las responsables del grupo». Todavía no entendemos lo de las fotos, pero nosotros también les pedimos una para guardarla de recuerdo 🙂
De vuelta a Berastagi en furgoneta
Nos despedimos de las niñas y los niños y nos fuimos directos a buscar la camioneta que bajaba hasta Berastagi. Justo delante de las aguas termales, hay algunas furgonetas aparcadas. La que va a Berastagi es amarilla y cuesta 7.000Rúpias. Al poco de esperar ya llegaba una. Dimos una mega vuelta por la montaña porque la camioneta va recogiendo y dejando gente. Pero los lugares por los que pasábamos eran preciosos. Lo mejor fue que se subió una niña pequeña que volvía a casa después de la escuela y el conductor la llevó hasta la puerta de su casa. A nosotros, no nos importó lo más mínimo, todo lo contrario.
Después de la ruta turística por las montañas, llegamos a Berastagi. Nos bajamos justo en la misma rotonda del primer día e hicimos el resto del camino a pie. El pueblo estaba de fiesta. Era el corpus cristi y en esta población hay una comunidad cristiana muy importante. Cuando llegamos al hostal, el señor que cuida de la casa nos preparó el «desayuno» que nos había prometido y eso que ya era más de medio día. Majísimo. Nos sentó fenomenal porque estábamos ambrientxs.
Minorías religiosas en Indonesia
Más tarde comentamos el tema de la festividad cristiana con el propietario y nos comentó que en Indonesia son fiesta nacional todas las festividades musulmanas, cristianas y hinduistas. Lo hacían por respeto a las minorías no musulmanas. Tuvimos una conversación muy interesante. Nos vino a decir que la gente estaba encantada porque así tenían muchas vacaciones y razón no le faltaba! De hecho, el pueblo se llenó por completo de familias musulmanas y no musulmanas que hacían un mega puente, porque la fiesta (cristiana) caía en jueves. Berastagi es una localidad muy turística dentro de la isla de Sumatra y nadie le hace ascos a un buen puente seas de donde seas y profeses la religión que profeses.
Sunset view point en Berastagi
El día de hoy todavía no había acabado para nosotros!! Descansamos fugazmente y nos fuimos esta vez para ver el sunset. Teníamos que coger otra dirección diferente a la de esta mañana y, de nuevo, subida…
Por el camino, no íbamos solos. Un montón de gente local que estaba de vacaciones nos iba parando y nos volvían a pedir fotos…era un poco raro la verdad, pero eran tan amables que no nos importaba. Lo escribo y me da hasta un poco de vergüenza que parece que nos demos aires de algo, pero de verdad que no es así!! Si nosotros no sabíamos dónde meternos… Parecía que no nos iba a dar tiempo a subir para ver la puesta de Sol.
Lo mejor fue un bus escolar lleno de niños adolescentes con el típico atuendo musulmán que paró de golpe a nuestro lado, bajó el profesor y muy amablemente nos pidió si nos podíamos hacer una foto con los críos. Era surrealista. ¿Qué íbamos a decir? Total que empezaron a bajar niños y niños y allí nosotros plantados mientras el profesor con mil móviles nos hacía la foto con el grupo cada vez con un teléfono diferente. Al final, cuando pensábamos que ya habían acabado, vino el profesor y como quien no quiere la cosa, se puso a nuestro lado y también se hizo la foto. Nos quedamos partiéndonos de la risa. Más tarde nos los volvimos a encontrar y nos empezaron a pitar con el bus como si nos conociéramos de toda la vida. La gente es fantástica!
Una puesta de Sol inmejorable
Por fin llegamos al sunset view point. Y esto fue lo que nos encontramos, los dos volcanes de Berastagi, el Sibayak y el Sinabung, uno a cada lado. Ni una nube. Mejor imposible. El segundo volcán no se puede visitar porque se encuentra muy activo y no está permitido el trekking (al menos durante nuestra visita). No paró de expulsar humo y cenizas en todo el tiempo que estuvimos en Berastagi. Los vecinos que vivían en la falta del volcán también habían sido evacuados temporalmente y la zona acordonada. La imagen era de una belleza impresionante!
No se cuántas puestas de sol hemos visto durante este viaje! Mientras nos dirigimos al lugar indicado, siempre pensamos lo mismo. Que seguro que no hay para tanto, hasta que llegamos y vemos la caída del sol. Siempre es espectacular y completamente diferente en cada rincón del planeta.
Volviendo a oscuras
Para volver al hostel, tuvimos que hacerlo con la ayuda de la linterna del móvil. Ver el sunset está muy bien pero luego todo se quedó completamente a oscuras y allí no había alumbrado público. Lo bueno es que es una zona taaaan segura….esto me pasa en Barcelona y empiezo a correr como si no hubiera un mañana. En cambio, allí sensación cero de inseguridad. Además mientras volvíamos, como al día siguiente era festivo, había muchos grupitos de amigos y de familias que estaban en las puertas de sus casas haciendo fogatas, tocando la guitarra y cantando canciones. Fue un regreso de lo más agradable, incluso lo hicimos durar un poquito más…Una de las cosas que más apreciamos y envidiamos de estos países es la vida en comunidad que tienen, siempre en la calle, con amigos y vecinos.
El mount Sibayak es toda una experiencia sensorial. El hecho de que no tenga vigilancia y que no sea una zona controlada también le da un toque salvaje y auténtico. Una sensación que es difícil de encontrar y más cuando ya tienes algunos viajes a la espalda.
Había sido un día muy intenso pero nos íbamos a la cama de lo más satisfechxs, contentxs con lo que habíamos visto, con la gente que habíamos conocido y con tener la suerte de poder disfrutar de todos estos lugares tan impresionantes y momentos únicos.
Siguiente etapa…
Al día siguiente habíamos apalabrado un taxi compartido que nos llevaría hasta el aeropuerto de Medan. Por la noche, cogíamos un vuelo hacia la isla de Java. Una nueva etapa en nuestro viaje. El Sibayak había sido nuestro primer volcán en Indonesia pero no iba a ser el único. En Java el Bromo nos estaba esperando. Por supuesto, la isla de Java tenía muchas más cosas para ofrecernos, aunque superar Sumatra iba a ser complicado…
⇒Día 5 y 6. Berastagi-Medan-Vuelo Medan-Jakarta-Vuelo Jakarta-Yogyakarta
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