Ayer estuvimos en contacto con la parte más montañosa de Viñales y hoy nos íbamos al otro extremo. Partíamos hacia las idílicas playas de Cayo Jutías. Un cayo al que pueden acceder turistas y cubanxs libremente. Un tesoro natural que deja a cualquiera sin palabras. Eso sí, llegar hasta Cayo Jutías es toda una odisea. Carreteras sin asfaltar, curvas, barro y cero indicaciones. Te lo contamos todo en esta entrada! ¿Nos acompañas al paraíso?
Anteriormente…
Dedicamos todo el día de ayer a visitar el valle de Viñales. Nos adentramos en la cueva de Santo Tomás, en la cueva del Indio y pasamos una tarde excelente en el pintoresco pueblo de Viñales.
⇒Día 3: Viñales–Cueva Santo Tomás- Mural de la Prehistoria-Cueva del Indio–Viñales
Cayo Jutías
Después de disfrutar del mejor desayuno del mundo, pusimos rumbo a Cayo Jutías. Antes de salir, Ottoniel y Rosy nos advirtieron de la voracidad del Sol en Cuba y también de la horrible carretera que nos esperaba hasta llegar a Cayo Jutías.
Cómo llegar hasta Cayo Jutías
Efectivamente, la carretera hasta Cayo Jutías era HORRIBLE. Sin GPS nos hubiera resultado imposible llegar. Aunque eso fue lo de menos. El principal problema fueron las pésimas condiciones en que se encontraba el camino. En más de un momento nos planteamos no seguir. Pero Jordi, un conductor muy experimentado en sitios raritos, consiguió que llegáramos y, SUERTE que lo hicimos. Tardamos más de 3 horas en llegar desde Viñales. Toda una odisea, momentos de nervios y otros de risa. Pero finalmente, llegamos a nuestro objetivo, el paraíso.
Cayo Jutías, un paraíso salvaje

Cayo Jutías nos dejó sin habla. No nos podíamos creer que todavía existieran rincones tan paradisíacos y salvajes a la vez.
Sin explotar, sin hoteles, sin pubs, ni restaurantes, ni nada. Y eso también significaba sin nada de sombra y con muchos mosquitos, cuando decimos muchos es un ejército de mosquitos dispuestos a atacar en masa.
Nos alejamos de la «entrada» principal y empezamos a caminar para admirar la belleza de este impresionante lugar. Ilusos, intentamos encontrar algo de sombra y vimos una zona de manglar donde podríamos sentarnos a resguardo del infernal Sol del caribe. No se en qué momento se nos ocurrió meternos. De lejos, parecía un bosquecito inocente de postal, ni puesto a propósito podría quedar mejor en el paisaje. Y allí que nos fuimos de cabeza.
El ataque de los mosquitos
Buscando un lugar donde asentarnos y estar tranquilos, se nos ocurrió pasar por un caminito entre árboles…de golpe estábamos rodeados de mosquitos enormes que nos estaban masacrando. No nos los podíamos quitar de encima. Empezamos a correr, tiramos las mochilas en la arena y con la ropa puesta nos tiramos al agua sin pensarlo. Pero es que aun estando en el agua, los teníamos encima de nuestras cabezas.
Qué agobio pasamos!!! Estuvimos un buen rato dentro del agua (que por cierto, estaba deliciosa) hasta que los mosquitos volvieron a su guarida. Ahora nos reímos mucho porque la escena fue extremadamente comica, pero en el momento no nos lo pareció ?. Así que sobre todo, no busquéis sombra cerca de los manglares, ya está ocupada.
Disfrutando de la calma de Cayo Jutías
Después de nuestra accidentada entrada en el paraíso, encontramos un rinconcito tranquilo y rodeadxs de belleza. Dejamos las cosas y disfrutamos de día sin prisas, sin tener nada que hacer, solo disfrutar de esta maravilla de lugar.


Allí no hay ningún local para comer, ni chiringuitos ni nada (Y GRACIAS!) pero de vez en cuando salía algún hombre de la nada para ofrecernos langosta que pescan de manera ilegal. La pescan allí directamente y la cocinan delante tuyo. Eso sí, por un precio muy elevado que hay que pagar en CUCs nada de moneda nacional. A nosotros nos entraba la risa, parecía que estábamos solxs en medio del paraíso y de repente salía alguien escondido por allí. Lxs cubanxs no pierden una para hacer negocio hay que reconocérselo! Nosotros como siempre que viajamos vamos con el modo ahorro activado, ya nos habíamos traído los bocatas preparados.

Mucha precaución con el Sol del Caribe
Nosotros ya llegamos muy mentalizadxs sobre los efectos del sol y no íbamos a Cuba precisamente a ponernos morenxs. En Cayo Jutías no hay ni un milímetro de sombra para protegerse del Sol y por eso hay que tomar algunas precauciones si no queremos arruinarnos el viaje por culpa de graves quemaduras.
Nosotros no nos quitamos las camisetas en ningún momento, llevábamos protección 50, gorra y gafas de sol. Pues bien, a pesar de ir con el burka puesto, las pocas partes del cuerpo que no estaban cubiertas cogieron un color rojizo importante. El tema es que cuando volvimos a buscar el coche vimos a algún viajero completamente quemado de arriba a bajo. La exposición al Sol de Cuba es extremadamente peligrosa.
Vuelta a Viñales
Pasamos un día increíble relajándonos en Cayo Jutías y por la tarde emprendimos el viaje de regreso a Viñales. Por el camino ya empezamos a ver como el cielo se volvía totalmente gris. Nos entró un poco la prisa por llegar antes de que empezara a diluviar porque la carretera estaba llena de agujeros, barro y sin asfaltar. Por suerte, aguantó la mayor parte del trayecto y llegamos tranquilamente.
Esperamos a que parase la tormenta para dar un agradable paseo de noche por Viñales cuando ya no hacía tanta calor ni humedad. En la plaza del pueblo ponían música todas las noches y la gente se concentraba alrededor para bailar y para conectarse a Internet. Ya que en Cuba solo hay conexión a Internet en lugares públicos. Nos encantaba esa plaza. Nos podíamos tirar horas observando a la gente yendo y viendo. Estos ratitos eran casi mejor que los paisajes de los que estábamos disfrutando. Nosotros sin internet y sin nada y más felices que nunca!

Para cenar, fuimos a un local cercano a la casa donde nos alojábamos. Era el mismo sitio donde siempre íbamos a comprar las pizzas y donde habíamos comprado los bocatas para comer en Cayo Jutías. Esta noche para variar un poco, Jordi se pidió Ropa Vieja el plato nacional cubano por excelencia.

Cayo Jutías o Cayo Levisa
El día anterior, habíamos preguntado a Rossy y a Ottoniel si era mejor ir a Cayo Jutías o a Cayo Levisa. Sin pensárselo, ellxs nos recomendaron Cayo Jutías. Nos dijeron que era más salvaje porque es más difícil llegar y no van los turistas. Y, efectivamente, tenían razón. Precioso!!!
En un principio, en nuestro planning, teníamos pensado visitar los dos. Al día siguiente tendríamos que haber ido a Cayo Levisa. Pero estábamos tan cansados de sol y nos había gustado taaaaanto Cayo Jutías, que ya teníamos suficiente de playa por ahora. Y el valle de Viñales tenía muchísimos más atractivos! Más adelante pasamos unos días en otro de los cayos de Cuba, Cayo Guillermo. Otro paraíso natural pero mucho más prohibitivo en lo que se refiere a precios y acceso.
Siguiente etapa…
Después de playa y montaña ahora nos tocaba conocer de cerca su cultura, su vida. Nos adentramos en el valle del silencio para visitar una plantación de café y de tabaco cubano.
⇒Dia 5. Viñales: El Valle el Silencio–Plantación de Tabaco y de café.
¿ Necesitas encontrar alojamiento para tu viaje a Cuba?
⇒Booking.com: Reservando a través de este link, a ti te costará el mismo precio y a nosotros nos darán una pequeña comisión para poder continuar con el blog. ¡¡Muchas gracias!!
Booking.com